El Hospital Vivian Pellas fue inaugurado en mayo 2004.

Tiene sus orígenes en dos proyectos separados que se inician en los años 90s. Por un lado, la Sra. Vivian Pellas, después de sobrevivir junto con su esposo en 1989 el peor accidente aéreo en la historia de Centro América, funda APROQUEN (Asociación Pro Niños Quemados de Nicaragua), y construye la Unidad para Niños Quemados en el Hospital Fernando Vélez Paiz. Paralelamente un grupo de médicos y empresarios, conscientes de la urgencia de mejorar el sistema de salud en Nicaragua, conciben el proyecto de construir un hospital privado de excelencia. Ambos proyectos logran unirse en el año 2001, cuando el Sr. Carlos Pellas, motivado por su esposa, decide asumir el reto de hacer una realidad el proyecto que para su conceptualización, diseño y puesta en marcha contó con el apoyo de renombrados médicos de reconocidos hospitales en Estados Unidos.

La construcción inició en marzo de 2002 y dos años después, con una inversión de 23 millones de dólares, se inauguró el Hospital Vivian Pellas, en cuyas instalaciones se ubica una unidad de atención gratuita a niños quemados, administrada por APROQUEN, la más moderna de Centroamérica donde se ofrece al niño quemado un proceso de atención integral.

Desde su inicio y para hacer un proyecto modelo y sostenible, la visión del hospital enfatizaba la necesidad de establecer el más alto estándard en la calidad de la atención al paciente y en los servicios médicos en Nicaragua. Un centro hospitalario donde la prioridad sea la seguridad y cuido del paciente y que fuera reconocido por su excelencia internacional para el desarrollo de la industria de turismo médico, por lo que debería alcanzar una acreditación internacional, destacarse por la calidad de su infraestructura, procesos de diagnóstico de tecnología de punta, servicio al cliente y trato humano.

El Hospital Vivian Pellas, fiel a su visión, es el único centro hospitalario de Nicaragua acreditado por la Joint Commission International gracias a lo cual se dispone de más de 323 estándares de calidad enfocados en mejorar el cuido y la seguridad del paciente, lo que garantiza el correcto mantenimiento de las instalaciones y de los equipos, la disponibilidad de personal competente, higiene en todos los procesos, planes de contingencia probados para todos los riesgos naturales y técnicos, y prácticas amigables con el medio ambiente, entre otros.